Bendice alma mía a Jehová y bendiga todo mi ser su Santo Nombre, bendice alma mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios. Salmo 103:1-2
Al recordar las bendiciones del pasado, esos beneficios que este año que termina han llegado a mi vida a pesar de las condiciones y las circunstancias, esas puertas abiertas cuando todo estaba cerrado, la sanidad en medio de la enfermedad, la provisión en medio de la escasez, y aun la vida misma en medio de tanta muerte, tengo que bendecir al Señor con toda mi alma, agradecer con todo mi corazón y brota de mi interior un deseo de honrarle con todas mis fuerzas.
Si al menos pudiera devolverle con mi gratitud tan siquiera una parte de todo el peso de su bondad en mi vida; por más que lo intento sé que no llegaré ni con todo el esfuerzo, ni en toda mi existencia. Sin embargo he encontrado una forma de poner mi corazón en cartelera, exhibiéndolo agradecido en Su presencia, por tantos favores y al mismo tiempo expectante de ver y sentir de Su poder, cada vez mas cerca.