– Si claro, permítame la fórmula.
– Ah, no. No la tengo.
– Bueno, al menos sus anteojos anteriores.
– Realmente no creo que tenga problemas con la vista, sólo quiero lucir un par de anteojos nuevos ¡Es cuestión de look!
La voz de un tercero intervino.
– ¿Es cuestión de look? ¿Anteojos cosméticos? –mirando fijamente hacia la calle, con un gesto de rareza continuó:
– El mundo es extraño ¿Podrías, por ejemplo, imaginar a alguien comprándose un bastón, o un par de muletas que combinaran con su nuevo color de cabello, no porque su cuerpo lo requiera, sino por cuestiones de look?
– Las falsas apariencias jamás han sido un buen atuendo, muchos prefieren ocultar sus rostros tras el aspecto de una necesidad cosmética, quizás el problema no está en los ojos del cuerpo, probablemente sean los ojos del alma los que requieran atención con urgencia.
– Qué sentido tiene simular padecer una enfermedad cuando estamos sanos, qué sentido tiene simular una necesidad cuando no nos falta nada. Sólo para intentar armar una imagen que llame la atención de otros, siguiendo un prototipo de falsedad que supuestamente perfila personalidades interesantes. El mundo es extraño.
Justo después de eso se levantó, sacó y alargó delante de él un fino bastón de invidente, despidiéndose con familiaridad de la vendedora, le dijo:
– Hasta luego María, volveré otro día para hacerte compañía –tanteando el piso, salió de la tienda y se fue.
En un mundo de necesidades, no solo físicas sino espirituales, a veces los que están en desventaja no son los visiblemente limitados, a veces los más carentes son los que parecieran tenerlo todo. No es necesario asociarnos con un impedimento para que la sociedad nos califique como interesantes o atractivos, no es necesario que juntemos nuestras manos mientras nos encadenan a grillos modernos, forjados con publicidad. Lo maravilloso de la vida, es vivir en completa libertad.
Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud. Gálatas 5:1
2 comentarios
a veces no vemos y otras no queremos ver, pero ambas estan dirigidas por el mismo personaje , aunque no nos demos cuenta
ResponderEliminarNadie tenga más alto concepto de sí, que el que deba tener (Pablo)a la iglesia de Roma. Por la vanagloria de la vida no podemos ver el amor de Dios y de nuestros seres queridos, solo por aparenta lo que no se es.
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