Todos la esperan como preguntándose cuándo vendrá, pero una vez que llega muchos quisieran poderla cortar e impedir que se ahoguen los pequeñitos que no saben nadar.
Los hormigueros se declaran en emergencia, las madrigueras se tupen para que no las invada el caudal. Sin embargo, los valles se mecen, moviendo a los altos de un lado a otro para beber por completo lo que caerá.
La lluvia que viene vuelve a la nube cargar, con la esperanza de siempre, con el deseo de aquellos que quisieran sólo el rocío y nada mas, pero la tierra sigue esperando anhelante por ella, a pesar de su aridez y de su edad.
Y grita con fuerza: que caiga sobre mí el gigante de aguas buenas, llevándose mis calores y las evidencias del temporal. Así hay muchos que claman por sentir las gotas que comiencen a caer, saciando aquella sed que les ahoga, cómo saber si no es ahora, que ese día llegará. Aquello que una vez tuvimos, por un día prometido, que así como la lluvia en su tiempo volverá.
Y ustedes también, hijos de Sión, alégrense y llénense de gozo en el Señor su Dios; porque él les ha dado la primera lluvia a su tiempo, y enviará sobre ustedes lluvias tempranas y tardías, como al principio. Joel 2:23
1 comentarios
Me gusta, yo estoy esperando mi lluvia de este invierno
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