El abuelo y su pequeño se encontraron en el deposito de cosas viejas que había en la parte de arriba de la casa.
– Hijito, hoy no vamos a jugar con los trastes de tu papá ni de tu abuela, hoy vamos a restaurar algo que quiero regalarte. Un silloncito viejo pero que tiene para mi un gran valor, lo hizo mi padre cuando yo tenía mas o menos tu edad.
Santiago de solo siete años se dispuso muy contento a buscar entre las cosas aquel viejo sillón. Hasta que el abuelo dijo con entusiasmo:
– Aquí está, sabía que aun podía hallarlo.
Al mostrárselo al pequeño causó en él gran incertidumbre por el raro aspecto de la pieza.
– Le falta una pata abuelito, solo tiene tres –dijo el niño.
El anciano respondió rápidamente:
– No hijito, esta silla funciona teniendo solo tres patas, una vez restaurada podrá sostenerte con seguridad.
– Y qué ocurrió, por qué dejaste de usarla si la apreciabas tanto –preguntó Santiago.
– Un día inesperado una de sus patas se partió, aun estaba allí pero ahora mas corta que las otras dos. Después de eso ya la silla no podía sostener nada ni a nadie, ni siquiera podía estabilizarse, por eso deje de usarla y desde entonces está entre todas estas cosas viejas. Pero hoy quiero repararla junto a ti –acentuó el abuelo.
Mientras buscaron los clavos, la lija y el martillo para colocar una pata nueva, en lugar de la que se había roto, el abuelo comenzó a grabar la mejor lección que dejó en el corazón del pequeño, le dijo:
– Santiago, sabes que así es tu vida, así como esta silla de tres patas. Cada pata haciendo grupo con la otra, juntas son capaces de armar una pieza perfecta, pero si faltara una de ellas entonces la silla no serviría más. Hijito escúchame con atención, necesitas en tu vida tres componentes para ser verdaderamente fuerte y estable, tres aspectos que formarán tu personalidad y tu carácter, ellas son un trío perfecto e inseparable: fe, esperanza y amor.
– La fe será la brújula que guiará tus acciones y el combustible para que puedas volar. La esperanza te hará ver lo invisible y esperar aun en lo imposible. El amor será la herramienta para trabajar y el arma para pelear tus batallas. Pero es necesario que en la misma medida las tengas a las tres, de lo contrario tu silla caerá y no será estable jamás.
Continuó el anciano, haciendo un especial énfasis en las palabras:
– Sin embargo Santiago mío, si algún día te faltará una de ellas, hay Uno que así como nosotros con este sillón viejo, puede tomar tu vida y con Sus manos reparar en ti lo que haga falta para ponerte en uso nuevamente.
– No te permitas nunca estar arrumado entre los que no se usan, por la penosa causa de estar incompleto. Las tres patas son importantes para la silla, tanto la fe, la esperanza y el amor serán importantes para ti la vida entera.
Después de cumplir con la misión el chico se fue a casa con el corazón y las manos llenas. La vieja silla con la pata nueva, y una lección poderosa que sería parte de su equipaje para siempre.
Y ahora permanecen la Fe, la Esperanza y el Amor, estos tres. 1 Corintios 13:13
6 comentarios
Gracias por mensajes verdaderamente llenos de fe esperanza y amor. Iniciemos hoy nuestro día de la mano del maestro que nos enseñó estos principios.
ResponderEliminarBello Angi, q verdadero! Q sabia eres!
ResponderEliminarEsta hermoso la verdad
ResponderEliminarLa pata que falta a la silla a mi entender es algo necesario para que podamos depender de las otras tres. TE AMO PLUMA ENCENDIDA. Cuídate y recuerda que lo mejor esta por venir.
ResponderEliminarAmen amiga amen son necesarias e inseparables un trio que Dios establecio perfectamente para soportar las pruebas y tribulaciones de esta vida... Hermoso..... Besos DTBM...
ResponderEliminarSeñor dame la esperanza necesaria para que con fe, alcance lo invisible ya que es una de tus hermosas promesas y con tu amor leude a mi prójimo preparándoles esa pata que les hace cojee y por favor si a mi me hiciera confío en tu promesas de (Is. 64:8)Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros. Con tus hermosas y poderosas manos ampárame a mi también.
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