En Venezuela dicen que en enero el sol es más fuerte, penetrante hasta los huesos en cuestión de segundos, se refleja rechinante sobre los techos y montañas, encandilando el horizonte desde la mañana hasta la tarde. Muchos estudios aseguran que se está apagando, otros que se hace mas fuerte cada vez.
Su luz y su calor recorren los caminos más recónditos, llegando a los lugares más insólitos, no hay duda, directa o indirectamente todo está al alcance de los rayos del sol.
Sin embargo hay una estrella mayor, en Apocalispisis 22:16 se describe como la estrella de la mañana, esa que da inicio al día eterno. Esa que un día nos hizo amanecer verdaderamente vivos, alumbrados y alcanzados por su eterno fulgor. Cuya presencia rige todo en nuestro sistema, su luz ilumina al mundo entero, su energía y su calor no tienen límites ni fronteras, no tiene horarios ni recorridos, solo brilla y al mismo tiempo nos hace brillar. Es ese sol que no está colgando en algún lugar del universo, es ese que alumbra desde adentro y cuya llama aviva nuestra vida entera.
A pesar de las noches oscuras, a pesar de los días nublados siempre es de día para aquellos que llevamos a ese sol en el alma. A pesar de las circunstancias que evidentemente podrían dejarnos ante el resto del mundo en desventaja, o en situaciones donde la oscuridad pareciera cernirse sobre nosotros arropándonos por completo, la luz del Señor y su palabra nos guía en los valles de sombra y de muerte, haciéndonos saber que pese a las nubes es de día y por su amor y misericordia estamos a salvo.
Mas a vosotros los que teméis mi nombre (creen en mí), nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación. Malaquías 4:2
Mas a vosotros los que teméis mi nombre (creen en mí), nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación. Malaquías 4:2
1 comentarios
a que ese sol brille siempre dentro nuestro debemos apostar todos ,gracias por este regalo matutino.
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