Un poco de mi

Asegurada de por vida

jueves, octubre 20, 2011

asegurada de por vida
Pasé 39 semanas soñando con el momento de escuchar su llanto por primera vez, cómo sería el matiz de su naciente voz.  Todos los detalles habían sido preparados cuidadosamente. Todo estaba previsto para su llegada.

Por un imprevisto, en medio de la intervención, decidieron anestesiarme por completo, uno de ellos velozmente tapó la mitad de mi cara con una mascarilla. Lo último que escuché fue: 3, 2,… el 1 quizás lo dijeron, pero yo no lo escuché.

Mi cuerpo estaba allí, pero mi mente estaba del todo ausente. Al despertar casi dos horas después mirando de frente el gran reloj en la sala de recuperación, me sentí defraudada. Como quien se alista para ver una película y justo cuando ya está acomodado en la butaca se va la luz en el salón y no le regresaran el ticket.

Mis manos sobre mi vientre vacío me informaron formalmente que Mical ya no estaba conmigo, en el momento de la separación lloró por mí pero yo no la escuché. Me sentí terrible, y lo pensé como culpándome de lo ocurrido:

- Me perdí el momento en que mi hija lloró por primera vez.

Ese mismo día entendí que no estaría en todos sus momentos de dolor, que no alcanzaría a secar todas sus lágrimas, cada vez que su alma se desbordara en llanto con o sin razón. Comprendí que muchas veces lloraría por mí y yo no iba a poder evitarlo, y no siempre estaría presente para consolarla,  fue entonces cuando decidí hacer un contrato con la agencia aseguradora del alma.

Accediendo a la póliza más costosa del universo, esa que no tiene precio, pero que fue aperturada desde la eternidad por amor a mí. Esto fue lo que escribí en el acta compromiso:

Reconozco que no podré estar siempre, que no siempre podré verla, que habrán momentos en que muy probablemente no podré llegar a tiempo, sin embargo, te la entrego a ti. Cada día de su vida lo pongo en tu mano, más allá de mi amor, siempre la seguirá el tuyo.
Cuando mis brazos no la alcancen, debajo de tus alas estará segura.
Cuando mi voz no llegue a sus oídos, tu palabra sustentara todo su ser.
Cuando yo no pueda acunarla en mi regazo, entrará en escena tu Santo Espíritu Consolador, secando sus lágrimas e instaurando en su corazón un gozo nuevo.
Yo cumpliré con mi parte, y cuando fuere adulta no se apartará de ti.

Ambas partes firmamos, y el documento fue sellado con la misma tinta con la que desde la eternidad se selló mi bendición.

Después de ese día, cada vez que veo sus ojos y escucho su voz, cada vez que pienso en su futuro, me declaro en completa paz, mi corazón está confiado.

La cobertura que hay sobre Mical no tiene fecha de caducidad.

No importa que no pueda recordar su primer llanto, nunca olvidaré las condiciones del contrato.

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4 comentarios

  1. Guao Angi, el Señor te siga usando. Siempre has sido de bendición para mi vida. Te quiero mucho!

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  2. Hermanita ese el mismo contrato que fue firmado para nosotras!!!! oro a Dios para que siga dictando esas palabaras que alintan a muchos!!!

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  3. Ay amiga es dificil como madre no poder evitar que nuestro hijos sufran y a la final es necesario el sufrimiento para su crecimiento y madurez en el Señor y yo tambien firme ese seguro y espero que Dios me llene de mucha muchisima SABIDURIA no solo a mi como madre sino a todas las madres del planeta tierra para poder sembrar en nuestros hijos la palabra del Señor para que cuando fueran viejos no se aparten de ella y podamos llegar ante nuestro Dios diciendole: Señor aqui esta mi herencia para ti, hombres y mujeres que te sirven con pasión y amor a TI..

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  4. Felicidades Angélica como siempre una hermosa palabra.... El señor supo muy bien a quien darle el poder de la palabra y la escritura!!! Un abrazo y bendiciones a tu hermosa familia!!!

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