En la actualidad, debido a los grandes avances tecnológicos, las relaciones han tomado una marcada tendencia hacia lo virtual. Amigos y contactos del Facebook, celulares con Internet, video conferencias, tiendas en línea, mensajes, PIN, correos electrónicos, educación a distancia, redes sociales, etc. Hoy en día, el contacto físico no es muy necesario a la hora de compartir y estrechar lazos.
El hombre por el deseo de relacionarse cada vez más, ha invertido importantes recursos para lograrlo. Por un lado se han obtenido resultados positivos al acercarnos a personas que nunca hubiéramos conocido en otra época. Por otro lado nos hemos vuelto más distantes, superficiales y hasta introvertidos con respecto a nuestras relaciones más significativas, inclusive la más importante ha sufrido un golpe evidente.
Después de tantos adelantos para acortar distancias, nos hemos alejado de Dios.
El cielo también invirtió lo mejor que tenía para relacionarse con nosotros. Dios no se conformó con una comunicación virtual, tomó forma de hombre para acercarse a su creación (Filipenses 2:7). He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es “Dios con nosotros”. (Mateo 1:23)
Jesucristo siendo Dios, se despojó de todos sus beneficios y renunció a sus comodidades para venir a relacionarse con nosotros. Había una comunicación rota y él vino para restablecerla. “Dios con nosotros” derrumba ese pensamiento de “Dios contra nosotros”. “Dios con nosotros” desde la tierra y ya no Dios desde su altísimo trono alejado de la contaminación humana. “Dios con nosotros” es la máxima persona del universo dando el primer paso para reanudar la conversación con sus hijos, los cuales fueron los que fallaron y no Él. “Dios con nosotros” construyendo el camino para que sea “Dios conmigo”.
Un solo detalle, nadie puede llegar a ese “Dios conmigo” a través de intermediarios, debo estar presente en la plática. Hay que olvidarse de lo virtual para enfocarse en lo presencial, cuando comunicarse con Dios se refiere. Nadie podrá buscar al Señor por mi, sino yo mismo. Lo exclusivo de estar a solas con Dios, es una experiencia única, que para poder vivirla se necesita que tú estés presente. Él dio el primer paso, tú debes dar el siguiente. Y si pasamos tiempo virtual diariamente, por qué no invertir también tiempo presencial a diario con Dios, que nos asegura la eternidad desde ahora y para siempre.
4 comentarios
Excelente, yo quiero presenciar el encuentro, estar presente en la cita. Sé que mi porción viene de Su mano, y de allí quiero comer. Cual ave come confiada de la mano que le proporciona el trigo, asi mismo, he puesto mi confianza en la mano de Aquel que ha dicho: No temas yo voy contigo.
ResponderEliminarverdaderamnete, el que acude a El y restaura su comunicacion , recibe como premio la fortaleza y la paz y todas las bendiciones que EL tiene para darte , solo que tienes que pedirselas tu mismo,lo Certifico
ResponderEliminarEso yerno extraordinario debo confesar que no leí el autor por dar por sentado que era de Pluma Encendida. Que bueno saber que esa comunicación la lograste solo única y exclusivamente con Jesucristo. Bendiciones.
ResponderEliminarEl alpinista ateo quiso escalar solo una montaña, empezó desde muy temprano, pero no contaba con las inclemencias del tiempo. Le entró la noche, aunque se aseguraba a cada instante, lo oscuro no le permitió guardar el equilibrio y se vino abajo, hasta sentir un fuerte tirón de la cuerda que lo aseguraba. Fue entonces que gritó. !Dios, sálvame! ¿Crees que puedo hacerlo? le dijo el Señor. !Claro que si! entonces corta la cuerda y no lo hizo, los transeúntes, al otro día encontraron su cadáver colgado, a solo dos metros de distancia. Aunque su conversación con Dios fue presencial, su fe fue virtual.
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