Se dice que tenemos un año bisiesto cuando en vez de tener 365 días en el calendario, se tienen 366.

Este día que pareciera de más se añade para corregir el desfase que existe con respecto a la duración del año trópico. Todos los años tienen 365 días 5 horas 48 minutos 45,25 segundos. Pero al contar los días como tal, qué hacer con el excedente de esas 5 horas 48 minutos 45,25 segundos. Ese excedente se acumula durante cuatro años, y esto da lugar a un día más.

Existen millares de fabulas con relación a este día, un día como cualquier otro pero que nace de la suma de tiempos pasados. 

Partiendo de la premisa que en cada uno de los años anteriores, indefectiblemente vimos la mano de Dios bendecirnos diariamente, desde el amanecer hasta el ocaso, pudiera decirse entonces que las bendiciones de este día pertenecen a la suma de las bendiciones del pasado.

¿Es posible que las bendiciones puedan sumarse así como las horas, minutos y segundos?  Si es así, tendríamos acumulados cada año un gran numero de favores ¿Acaso nos alcanzaría la vida para disfrutar de todos ellos? No lo sé, es una buena razón para entender el por qué Dios creó la eternidad.

Mas allá de toda la superstición que el mundo construye en relación a este día, yo creo que el mismo que nos bendijo el año pasado ha de bendecirnos todo este, el entrante y el próximo. Aún más, El ha preparado una bendición mayor, que durará por siempre.

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días. Salmos 23:6