Al fin había llegado el viernes, antecedido por una semana forzada, repleta de ocupaciones y con largas jornadas de trabajo. Y parecía que a pesar de ser el ultimo día el no sería la excepción.
Podía verlos a todos desde mi lugar, permanecía sentada mirándoles correr en las afueras del salón, al otro lado, jugaban y se divertían como yo quería hacerlo. Otros simplemente descansaban mientras llegaba la hora de volver a casa; volví la mirada al pizarrón y allí estaba él, todavía, mirando mi ansiedad por salir y por correr. Sin palabras de por medio él sabía perfectamente que lo que más anhelaba era dejar ese lugar, pero entendí claramente que con sus ojos me invitaba a entregar un poco mas, a esperar y a creer.
Podía verlos a todos desde mi lugar, permanecía sentada mirándoles correr en las afueras del salón, al otro lado, jugaban y se divertían como yo quería hacerlo. Otros simplemente descansaban mientras llegaba la hora de volver a casa; volví la mirada al pizarrón y allí estaba él, todavía, mirando mi ansiedad por salir y por correr. Sin palabras de por medio él sabía perfectamente que lo que más anhelaba era dejar ese lugar, pero entendí claramente que con sus ojos me invitaba a entregar un poco mas, a esperar y a creer.
Al instante se dio la vuelta tomó un gastado trozo de tiza y comenzó a impartir la clase, solo para mi, una clase diferente al resto de todas, una que mi corazón jamás olvidaría, siempre supe que no era buena con los números, sin embargo parecía que eso para él no era impedimento.
Y comenzaron a nacer ecuaciones extrañas en aquella pizarra, construidas por escenarios familiares que se me hacían conocidos y frecuentes. Pude ver una mesa y sobre ella dos cestitos, uno con cinco panes y el otro con dos pececitos, pasó la imagen como si fuera la pagina de un libro, mientras él seguía trazando en la pizarra, segundo a segundo yo miraba con mas interés cada vez. La siguiente escena fueron unos cantaros vacíos, y luego una artesa de amasar escasa, y para terminar una barca de pesca con redes y baldes vacíos.
Finalmente se volvió hacia mi, parecía que en su mirada venía impresa la imagen final, sin embargo fue justo allí cuando por sus ojos comenzaron a fluir las palabras, y era como si me interrogaba en el espíritu hablándole a mi corazón en silencio, y me pregunto: -¿Qué vez?, con mucho esfuerzo de alguna manera pude responder en el mismo lenguaje, y le hice saber que todas la escenas correspondían al primer estado de aquellos que luego habían sido saciados, bendecidos y prosperados.
Después de avanzar un poco hacia mí, pude escuchar su voz en mi interior diciéndome: A partir de ahora, nunca más volverás a creer que mis números son iguales a los tuyos. Yo soy quien hace todo de la nada, que llena todos los vacíos, que hace de lo poco mucho. Yo soy quien tiene el poder para multiplicar cualquier cosa, aunque tenga que partir de cero.
- Entendido Señor -dije en silencio asintiendo con todo mi ser. Jamás comprendí una clase como aquel forzado viernes. Me levanté de mi lugar salí de aquel salón, y estaba hecho, mis huesos cobraron vigor y mi espíritu la fuerza que no tenía, esa mañana entendí que me había sido dado por Jesucristo todo aquello cuanto me hiciera falta. Aquel día la matemática del cielo sumaba sobre mí. Era la lección que esperaba mi corazón, aun sin saberlo; ver y recordar lo que aprendí, asumir que así como fue hecho en el pasado ha de hacerse en mi presente, porque el que tiene el poder para hacerlo todo, está delante de mí.
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20
3 comentarios
Waooo Preciosa Reflexion, Gracias por compartir, Muchas bendiciones!!!
ResponderEliminarGuuuuaaaoooo... que expectacular reflexion... gracias Dios por estas manos que escriben por ti y por este corazon sincero amando al Dios de los cielos y de la tierra.... Que Dios te siga bendiciendo al igual a tu familia....Sigue asi, no desmayes, que estoy aqui....
ResponderEliminar¡Excelente! Gracias, Padre.
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