Un poco de El

El gran negocio

martes, febrero 07, 2012

Es una historia antigua, llena de todo el polvo que se acumula en el camino, entre tanta gente que mira de cerca y escucha con atención. Una historia digna de separar entre muchas otras, digna de ser contada de generación en generación. 

Se trata de un hombre muy especial, ejemplar y particularmente distinguido entre los demás. Un hombre joven y rico, preparado para los negocios y aventajado en sus ganancias.

Además de eso, por si fuera poco para agregar a su excelente condición, es un hombre bueno, conocedor y ejecutor de los mandamientos del cielo a carta cabal. No adulteres, no mates, no hurtes, no digas falso testimonio, no defraudes. Honra a tu padre y a tu madre,… y toda la norma de vida que haría de un hombre cualquiera un ser extraordinario. 

Pero es un sígueme sin equanom lo que marca la distancia en una línea perdurable, que se extiende en un futuro eterno mas allá de la existencia. Teniendo ante él la oportunidad de su vida, la mejor de todas, la maravillosa ocasión de hacer el negocio del cielo, falló al mirar lo que no era, concentrándose en lo equívoco, tristemente se despide y se da la vuelta. 

Sin duda siguió siendo un hombre bueno, en el tiempo ya no tan joven pero igual, o más exitoso todavía. Sin embargo, seguramente en esos ratos de silencios prolongados seguía resonando en el alma aquel lejano “Sígueme”. Esa orden que sugería renunciar a todo, solo por seguir al Maestro. 

La balanza dio medida falsa, le engañó su poca o mucha experiencia, le engañaron los números, le falló la matemática, falló al calcular la vida en abundancia versus una eternidad a las órdenes de Dios. 

Si algún día encuentras tus manos llenas de tanto, si algún día mirando a tu alrededor te encuentras con la enorme bendición de tener mucho, no calcules demasiado si el Maestro fija sus ojos en los tuyos y te dice sígueme, finalmente Su fortuna es mayor y las ganancias son eternas!

no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. 2 Corintios 4:18


Otras que te Gustarán

2 comentarios

  1. Sin duda el mejor negocio esta en lo eterno y lo que nos resta es ganancias. Felicidades y adelante mi amada pluma encendía.

    ResponderEliminar
  2. Dice el Maestro, ¡Sígueme!....Debemos estar alertas al llamado del Maestro. Doy gracias a Dios porque hemos decidido obedecer a esa orden, porque hemos reconocido nuestra "Identidad" en Cristo Jesús. "Somos sus hijos".

    Gracias Maestro por ser nuestro Guía. Debemos estar pendientes de la voz de Dios y obedecerle. Te felicito Angie porque tu has recibido la orden de "Sígueme" y la has ejecutado....Bendiciones.

    ResponderEliminar

SUSCRIBETE

Entregado por FeedBurner

Sociales