En honor a los amigos

Asalto a la paz

viernes, marzo 30, 2012

"Después de aquella noche todo cambió, parecía que habían dejado sus insultos y ofensas pegados a las paredes, toda la carga de temor y angustia que trajeron a nuestra sala se quedó después que ellos se fueron de aquí. Se llevaron todo cuanto quisieron y pudieron, amenazándonos una y otra vez con activar el arma. Mientras ese trío de maldad asaltaba mi casa la impotencia y la rabia asaltaban mi corazón.
Finalmente, después de arrasar con equipos, ropa y comida, desalojaron nuestros espacios, pero dejaron en ellos el olor a su maldad. Y ahora me despierto por las noches escuchando sus voces a lo lejos, recordando una y otra vez cada segundo de la eternidad que estuvieron aquí dentro, se llevaron nuestras pertenencias, pero cuánto más nos robarán. Habiendo dejado el espanto de su regreso nos han robado la calma, si pudiera sumar todo lo que perdimos diría con seguridad que nuestra mayor perdida aquella noche fue nuestra paz."

Esas fueron las palabras de una amiga al contarme la amarga sorpresa que recibieron ella, su esposo y su bebé hace unas semanas. 

La mayor secuela después de eso, no es encontrar el armario vacío y la dispensa saqueada, no es asimilar la ausencia de los equipos mientras intentamos ordenar el desastre que dejó la visita inesperada, la mayor secuela es luchar con nuestros miedos mientras blindamos el corazón.

Los ladrones no entran donde no hay objetos de valor, primero se aseguran de que haya algo para robar. Cuando el enemigo asalta nuestra vida es porque ha espiado con anterioridad los objetos de valor que hemos adquirido en el alma y en el espíritu, esas bendiciones que llevamos prendidos en la mirada a donde quiera que vamos. El en su maldad persigue precisamente eso, nuestra paz, gozo y gratitud, para hacer luego un intercambio a la fuerza, llevándose nuestros tesoros y dejandonos el vacío, la angustia y el temor como huella permanente que nos recuerda su paso por la vida. 

Se aseguran las puertas, se refuerzan las ventanas, pero el temor sigue allí dentro instalado en sus habitaciones como huésped sempiterno. Ciertamente el ladrón ha venido para hurtar, matar y destruir, está visto que sabe bien como hacerlo, pero gloria a Dios por Jesucristo, porque él ha venido para que tengamos vida y vida en abundancia (Juan10:10). Desarraigando el temor de nuestro corazón, trayendo la paz que el enemigo nos robó.

No sé para qué el Señor permite que pasemos por valles como estos donde reinan las sombras; sólo sé que después, cuando las obras del enemigo sean deshechas por Jesucristo (1 Juan 3:8), entonces nuestra oscuridad llegará a ser como el medio día. Y veremos la gloria de Dios sobre nosotros, habiendo restaurado nuestros corazones y sanado las heridas. 

Volvamos a dormir en paz, así ha dicho el Señor: Mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras y en frescos lugares de reposo. Isaías 32:18

Por eso comencemos de nuevo y demos gracias por la vida que tenemos en Él, la cual no podrán quitarnos. Creamos que como en Jeremías 29:11 el Señor tiene para nosotros planes de bendición y no de maldición, para darnos un futuro y una esperanza

Levántense los que han sido asaltados por el enemigo del alma, levántense creyendo que hay un defensor que ha prometido hacer que nuestro enemigo devuelva siete veces lo que se llevó. 

Bendiciones MaryG.

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4 comentarios

  1. Amén!!! Te quiero mucho Angi, no me cansaré de agradecer al Señor haberte conocido, ser parte de mis tesoros y por usarte una y otra vez para bendiciòn!!!

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  2. Que tremenda verdad lo único que el enemigo desea robarnos es la paz que costo tanto al Señor en la cruz del calvario. Mas el herido fue por nuestras rebeliones molido por nuestros pecados el castigo de nuestra paz fue sobre el y por su llaga nosotros fuimos sanados. Que la la paz del Señor este siempre sobre tu vida, y hoy esa palabra la necesitaba. Gracias mi Pluma encendida. Y recuerda lo mejor ya esta llegando.

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