Versus

Amistad Vs. Sociedad

viernes, enero 27, 2012

Como teorema científico: Todo amigo es un socio, pero no todo socio es un amigo, así me dijeron alguna vez.

Sé de sociedades exitosas, aunque a decir verdad, actualmente no abundan. En este viaje a muchos podemos conseguir dispuestos a asociare con nosotros para juntos alcanzar algo importante, decididos a invertir tiempo y esfuerzo por un objetivo en común, sin embargo en la inversión, nada es garantía para que en caso de que las cosas no salgan como se planearon permanezca la unidad.

Pero amigos, son aquellos pocos dispuestos a asociarse con nosotros en la vida sin importar las ganancias o las pérdidas, sin medir el nivel de lealtad y compromiso por los dividendos que se registren en los últimos tiempos.

En la eternidad hubo un buen amigo, uno que se dio a si mismo para asegurar mis ganancias eternas, uno que mas allá de todo, me miró con ojos de amor y misericordia, ofreciéndome su amistad para siempre.

El es mi socio, y como dice la canción, mi Eterno Amigo Fiel!!

Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Juan 15:13

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2 comentarios

  1. Cierto día un creyente recibió la visita de una joven que parecía atormentada. Después de dialogar un momento, comprendió que la joven, aunque era creyente, quería seguir yendo a discotecas y disfrutar de los placeres malsanos del mundo, a pesar de todas las exhortaciones y advertencias de la Palabra de Dios.

    Entonces el creyente abrió la Biblia en Hechos 10:14 y le pidió que se fijase en la expresión: “Señor, no”, empleada por el apóstol Pedro cuando rehusó obedecer la orden de Dios. Luego le tendió un lápiz y le dijo: «El que dice a Dios «Señor», no puede al mismo tiempo rehusar obedecerle. Si en este pasaje dejas el «no», entonces tienes que tachar la palabra «Señor». Las dos palabras no pueden convivir juntas, es imposible».

    Después de esto se levantó y dejó a la joven sola con la Biblia, presa de un intenso combate interior. Cuando regresó, la joven le devolvió su Biblia. La página estaba mojada por las lágrimas, pero la palabra «no» estaba tachada. Ella había comprendido el mensaje.

    Amigos creyentes, a menudo decimos que Jesús es nuestro Señor. Pero no pronunciemos esa palabra a la ligera. Reflexionemos detenidamente en nuestras actividades para analizar si él puede aprobar todo. Quizá tengamos que tomar decisiones difíciles, pero recordemos lo que dijo a sus discípulos: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama” (Juan 14:21).

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