¿Me olvidaré de las bendiciones del pasado por la ansiedad de recibir las futuras? 

Bendice alma mía a Jehová y bendiga todo mi ser su Santo Nombre, bendice alma mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios. Salmo 103:1-2

Al recordar las bendiciones del pasado, esos beneficios que este año que termina han llegado a mi vida a pesar de las condiciones y las circunstancias, esas puertas abiertas cuando todo estaba cerrado, la sanidad en medio de la enfermedad, la provisión en medio de la escasez, y aun la vida misma en medio de tanta muerte, tengo que bendecir al Señor con toda mi alma, agradecer con todo mi corazón y brota de mi interior un deseo de honrarle con todas mis fuerzas. 

Si al menos pudiera devolverle con mi gratitud tan siquiera una parte de todo el peso de su bondad en mi vida; por más que lo intento sé que no llegaré ni con todo el esfuerzo, ni en toda mi existencia. Sin embargo he encontrado una forma de poner mi corazón en cartelera, exhibiéndolo agradecido en Su presencia, por tantos favores y al mismo tiempo expectante de ver y sentir de Su poder, cada vez mas cerca. 

Para muchos es época de largas jornadas, inversión y ganancias; para otros, tiempo de trabajo en casa haciendo todo aquello que se pospuso durante todo el año. Para algunos, período de total descanso y relax bien merecido. Sin embargo, todos tienen algo en común, todos pueden hacer algo más en las próximas horas, algo especial antes de que entre el año nuevo.
Muchos piensan que a estas alturas del año prácticamente nada relevante podemos hacer, la cotidianidad se ve afectada por las costumbres de la fecha, y muchas cosas se posponen para después de la primera semana de enero. Sin embargo, creo que es mucho lo que todavía podemos hacer en estos 3 últimos días del 2011.

Mateo 13:44 dice que el reino de los cielos es como un tesoro escondido que un hombre descubrió en un campo. En medio de su entusiasmo, lo escondió nuevamente y vendió todas sus posesiones a fin de juntar el dinero suficiente para comprar el campo.

Me imagino que en su emoción por haber conseguido algo tan valioso, consideró que nada de lo que tenía era mejor que aquello que aun estaba oculto bajo esa tierra.

Así mismo sé que ahora hay cientos de personas que se hallan como aquel hombre, sabiendo que han encontrado un tesoro que garantiza su vida, la de ellos y la de sus familias. Un tesoro de siglos que se adentra en sus corazones, renaciendo desde lo profundo haciéndoles llegar a las alturas.

En un primer momento, entusiasmados lo esconden nuevamente, y deciden voluntariamente desprenderse poco a poco de lo que tenían, lo que antes obtuvieron de la vida, entendiendo que es necesario salir de eso para adquirir algo mejor, algo que verdaderamente les haga afortunados y les bendiga. Y surge la idea del intercambio, cambiar el pasado por un futuro distinto, a partir de aquel descubrimiento maravilloso que traería a su vida fortuna y bendición.

No hay duda que la Gloria es de Dios, toda y absolutamente suya, pero para quiénes la paz. Siempre pensé que era un estamento para toda la raza humana, pero hoy entiendo que es sólo para aquellos que buscan y se gozan en Su perfecta voluntad. 

Nos conviene conocer la voluntad de Dios para nuestra vida, agradable y perfecta en cualquier situación y pese a las circunstancias (Romanos 12:2), sólo así experimentaremos el anuncio de aquellos ángeles, viviendo en la gloriosa paz de Dios aunque tengamos los pies sobre la tierra. 

La paz que garantiza la navidad es eterna cuando vivimos en Su perfecta voluntad. 

Feliz Navidad!

Esta navidad pudiera pedir, un viaje largo por las islas más paradisiacas del planeta, un carro deportivo, un edificio propio para albergar a niños y jóvenes en desventaja, una casa hogar para ancianos desprovistos, me gustaría adquirir acciones en la bolsa mundial, conocer el Everest y mojarme con las chispas que saltan desde las cataratas del Niágara. Segura estoy que podría pedir muchas cosas más y que sin duda me harían comenzar un nuevo año con mucho optimismo, expectativas y ganas de vivir.

Sin embargo, después de considerar todo aquello que pudiera pedir, y al reconsiderarlo nuevamente mirando a mi familia, a mis amigos, a toda la gente que amo, los que están cerca y los que están lejos. Entiendo que todos necesitamos lo mismo, sin importar la condición o situación, el lugar o la posición, necesitamos con carácter de urgencia tener paz, esa palabra cortica pero que es tan difícil poseer.

Llegada la hora de la poda, comenzaron a contemplar las ramas para distinguir aquellas que debían ser cortadas. Unas secas, amarillentas y tostadas eran las primeras finalistas para el corte, sin embargo habían otras que sus puntas lucían secas pero tenían renuevos y en algunas partes permanecían verdes. 

- A éstas vale la pena podarlas -dijo el labrador-. Se han quemado por el temporal, pero se mantienen apegadas al árbol y tenemos muestras de eso. Mientras que el resto aun estando todavía pegadas al árbol, absorbiendo lo mejor de él como parásitos, se han vuelto estériles por completo, secas de un extremo a otro y produciendo más sequedad. Estas deben ser cortadas y echadas al fuego. 

La hoja filosa del labrador tocaría todas las ramas, pero no todas serían cortadas, muchas de ellas serían podadas para darles fuerza a sus tallos y ayudarlas a crecer. 

En esta temporada la mayoría adquiere un amigo secreto, a veces no es ni tan secreto, pero en el juego no se sabe quién le regala a quién. Los nombres anotados en papelitos se colocan en un bombo, se les da vueltas y comienzan a repartirse entre todo el grupo, quedando cada uno asignado a otro por cuestiones de suerte. 

Y crece la expectativa de saber a quién le habrá tocado mi nombre, esperamos sigilosamente los detalles que pongan evidencia a cualquiera del grupo para descubrirlo antes de la entrega final. Llegada la fecha todos se alistan y preparan sus obsequios, tarjetas, paquetes y uno a uno va develando ante el grupo de quién era amigo secreto. Es muy emocionante la experiencia, todos alguna vez fuimos el amigo secreto de alguien, esa persona no sabía que estábamos unidos en la actividad, pero nosotros si.