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Devocional
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En honor a los amigos
Enemigos y distantes
martes, febrero 03, 2015
“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya...” Génesis 3:15
¿Cuándo comenzó la lucha campal entre lo bueno y lo malo? Justo cuando
el hombre quiso hacerse amigo de su enemigo. La sentencia de Génesis 3:15 tuvo
lugar en el Edén, pero se ejecuta desde entonces en todo el mundo.
Para los hombres y mujeres que habiendo decidido por Jesucristo, fueron
restituidos delante de Dios mediante la redención, hay una enemistad natural
con todo aquello que se mueve sigilosamente entre las sombras de lo persuasivo,
con esos detalles ocasionales que se arrastran invitándonos a escurrirnos de la
presencia de Dios. Es como si el Espíritu Santo hubiese colocado un chip en
nuestro espíritu para permitirnos detectar al enemigo y entonces poner
distancia. Como alarmas espirituales que se activan y te advierten: ¡Serpiente
cerca!, ¡Trampa a la vista!, ¡Contacto peligroso! He allí lo importante de
estar conscientes de que ese mecanismo funciona, para que siendo alertados,
recordemos que debemos alejarnos, puesto que somos enemigos para siempre.
Jamás compartiría una taza de café con aquél que planea matarme. Ni me
subiría en su auto, ni me iría de paseo junto a él una mañana cualquiera. No le
aceptaría regalitos envueltos, ni me abrazaría a su pecho para ver si lo convenzo
y desiste de sus planes. Si Dios puso enemistad entre nosotros y lo malo,
nosotros debemos entonces poner distancia.
Señor gracias
por haberlo establecido, nada tengo con el engañador y nada tiene el conmigo.
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