En honor a los amigos , Fundación Casa Salvavidas

Bendiciones para Raquel, en su día!!

domingo, mayo 11, 2014

niña madre
Llegamos al albergue para impartir una charla de prevención con respecto a la sexualidad y al abuso en menores. Mirábamos sus caras, la estatura de ellos nos decía que eran niños, pero en sus ojos habían kilómetros de experiencias que no se podían borrar con un cotillón que celebrara su niñez. 

Todos escucharon con atención y respondieron como esperábamos a las interrogantes y a los diferentes planteamientos durante el desarrollo de la actividad. Pero en un momento especial, una de las chicas, la más indefensa, la más inocente a mi pensar, quiso hablar en privado. Al instante se hizo notorio su déficit cognitivo, los catorce años de Raquel eran equivalentes a los cinco de una niña normal.

Dijo muy apenada que necesitaba hablar, llena de dudas e interrogantes preguntó si su condición podía cambiar alguna vez. Confesó con picardía que le gustaría casarse con un príncipe azul de verdad y ser feliz para siempre; pero lo que mas quería su corazón era ver otra vez a su pequeña María. Sus ojos se inundaron  y prosiguió: - una señora se la llevó el mismo día que la tuve. María nunca sabrá que yo soy su mamá, nunca sabrá que la amo tanto. 

En su mirada encontré una extraña liga entre inocencia y frustración, resignación e impotencia. Sus manos se estrujaban una con la otra, y de vez en cuando torcía la boca mientras subía el hombro como diciendo "no importa", o mejor dicho "no importo". Sólo Dios sabe lo que mi corazón sintió aquella mañana lluviosa. 

Estaba delante de una niña que sentía como madre, y al mismo tiempo delante de una madre que sentía como niña. Sólo pude abrazarla y pedirle a Dios que le diera el consuelo que yo no podía, que ministrara su corazón de la manera en que ella pudiera entender el alcance de Su amor. Finalmente, mis palabras no alcanzaban para decir lo que ella no podía entender, ni para lo que yo no podía explicar. Pero la palabra de Dios permanece y se cumple, aunque ignoremos su existencia. Tanto para Raquel como para María, aunque sus padres les dejaron, con todo el Señor les cuidará y les dará Su abrigo. (Salmo 27:10)

Por un momento vi mi vida, bendecida desde siempre. Como hija, como madre, con altibajos como todas, pero cada episodio en el orden correcto, cada experiencia en el mejor lugar y en el justo momento. Mi corazón dio gracias desde lo mas profundo y hasta lo más alto, por mis padres y por mis hijos. Porque mi corazón se llenó de amores y a todos los tengo conmigo. 

En este día en que sé que hay tantos hijos sin sus madres, y tantas madres que no abrazarán a sus hijos, yo abrazo a los míos, pidiéndole a Dios un abrazo del cielo que llene los corazones vacíos.

Bendiciones para Raquel donde quiera que esté, y a su pequeña María. 

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