Un poco de mi

Mi pequeña gran oradora

miércoles, abril 02, 2014

Sus palabras tocaron mi corazón, y se llevaron de inmediato los malestares. Me dijo: -siéntate y oraré por ti, el Señor te sanará y mañana amanecerás bien. Asenté con la cabeza y me dispuse para que hiciera lo que se propuso. Puso su pequeña mano sobre mi frente, y exclamó: -Padre, en el Nombre de Jesús, te pido que pases tu mano sanadora sobre mi mamá "ahora" que te lleves este dolor de cabeza y se sane. 

Mientras le escuchaba hablar mi mente me llevo al pasado, me vi a mi misma diciendo quizás, las mismas palabras, esgrimiendo tal vez, la misma porción de fe. Dijo tantas cosas mientras yo recorría los pasillos de mis recuerdos, ella oraba al Dios de sus padres con tanta convicción de que estaba siendo escuchada, con la certeza irrevocable de que podía resolver el problema con una oración. 

Sin duda, fue como un bálsamo de alivio sobre mi cabeza, sus palabras resonaban en mi mente y en mi corazón. Terminó diciendo: -Muéstranos tu rostro, Señor. Muéstranos tu salvación, Tú eres el Dios que nos salva..., ¿dónde he escuchado esto antes?. Se llenó de gozo mi corazón y el titilante zumbido en mi cabeza enmudeció. Un convencido "Amen" puso fin a su oración, se llevó la cobija hasta su cuello y a mi lado quedo tendida confiadamente. 

Demasiado pequeña para alcanzar el cielo, pero lo suficientemente convencida como para traerlo a la tierra. 

Les aseguro que la persona que no confía en Dios como lo hace un niño, no podrá entrar en el reino de Dios. Lucas 18:17

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