Tendida en su cama de hospital, ausente del mundo alrededor, inconsciente de lo que se celebra, también esperaba un regalo en su día. No le habíamos visto jamás, hasta que su papá topándose con nosotros en uno de los pasillos, sin conocernos pero identificándonos como parte de alguna iglesia o enviados por el mismo cielo para traer bendición, nos interceptó cómo diciéndonos:
-¡Al fin llegaron, qué bueno que están aquí!
Mi hija está en la sala de arriba - dijo mientras nos guiaba al lugar - los médicos dicen que es leucemia, tiene cuatro años. - Sus ojos mojados dijeron el resto, después de una corta pausa concluyó - ... sólo necesita una oración.
Entendimos entonces que los juguetes eran sólo una excusa y el hermoso pretexto que Dios usó para llevarnos hasta allá. ¿Qué decirle a un padre desesperado que sabe que su pequeña se le va? ¿Habrá algo más contundente que el diagnóstico médico para volver a ver en sus ojos el brillo de la esperanza?
Mientras llegábamos a la cama de la niñita recordé a Jairo, el principal de la sinagoga, y al padre del chico endemoniado de Marcos 9, aún en medio de la desesperación, ambos fueron con esperanza delante del Señor. Encontrando en él la luz del día cuando todo alrededor estaba oscuro.
Evidentemente yo no soy Jesús, pero creo Su palabra y sé bien lo que ha dicho al respecto de aquellos que en Él creen:
Y estas señales seguirán a los que creen:
En mi nombre,... sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. Marcos 16:17-18
Este domingo Día del Niño repartimos muchos regalos, alegramos el corazón de muchos pequeños con un detallito de amor. Pero hubo uno más grande, un regalo mayor al resto. Se lo llevó la niña que no pudo pedirlo, aunque su corazón lo esperara.
Yo creo que la oración cambia las cosas, qué bueno que podemos orar al Padre en el Nombre de Jesús y hacer que las cosas, por Su amor y Su misericordia, sucedan.
Adelante Fundación Casa Salvavidas, al rescate de aquellos que esperan por una oración aunque no puedan ni siquiera pedirla.
1 comentarios
Precioso, Dios Te Bendiga.
ResponderEliminar