En estos últimos días he recibido algunas comunicaciones por distintos medios preguntándome dónde está Pluma Encendida ¿qué ha pasado?, ¿se apagó o está de vacaciones?

Pues gracias al Señor me es grato informarles a nuestros queridos y fraternos seguidores que ni lo uno ni lo otro. Hoy por hoy, por la gracia de nuestro buen Dios y Salvador Jesucristo estamos más encendidos y ocupados que nunca, haciendo aquello para lo cual Él nos llamó y nos conviene hacer. Cosas grandes y maravillosas que pronto saldrán a la luz, y darán fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno.

Esta mañana, entre tantas cosas, recordé las palabras del Señor en el templo... En los negocios de mi Padre me conviene estar (Lucas 2:49). Él no estaba perdido, estaba ocupado. Qué bendición cuando el Altísimo nos ha dispuesto para Su servicio y se encarga de nuestros itinerarios y agendas, mostrándonos a Su manera que al poner nuestras vidas en Sus manos también pusimos nuestro tiempo.

La vida transcurre como una velada en la que llegamos siendo invitados y a la hora de ser servidos se nos permite escoger lo que hemos de comer y beber. Unos terminan la velada satisfechos por lo que han recibido, mientras otros se despiden inconformes, haciéndole saber al mundo entero que la experiencia no fue como ellos esperaban, y se retiran agónicos sabiendo que ya nada pueden hacer al respecto. Pero finalmente todos escogieron su menú, viviendo cada uno como decidió hacerlo.

Se nos presentan las opciones en la gran mesa de la vida, y lógicamente todos decidimos por aquello que nos place y nos complace. A veces sin pensar en el después, escogemos y comenzamos a comer. Pero hay un menú recomendado por la casa, se conoce como la especialidad del Chef, preparado para dejar satisfecho a todos los comensales. Más que a cualquier otra opción en el menú, sin duda, todos deben prestar atención a lo que sugiere la carta.

¿Recuerdas la escena del hijo prodigo? Lucas 15:11-24. 

Debilitado ante la cantera de estiércol intentando convencer a los puercos que le permitieran comer de su inmundicia. Ante tanta miseria, después de haber caído tan bajo, piensa para sí: en la casa de mi padre hay abundancia de pan. Volveré y le pediré que me acepte como a uno de sus jornaleros. 

Finalmente decide emprender su regreso y el Padre bueno lo espera, y al verle venir corre a su encuentro. Le sostiene entre sus brazos y con un beso de bienvenida calla su boca, ofreciendo su perdón aun antes de que el hijo lo pidiera.

Así es el amor de nuestro amante Padre Celestial, quien sale al camino, esperando el día en que decidamos volver a casa.

La primera vez que escuché esta declaración fue en la Universidad. Alguien aseguraba que todo era relativo, que el término absoluto no era propio para asociarlo a la mayoría de las cosas que nos rodean, por los eventos o situaciones que podrían ser determinantes en el estado de algo o de alguien.

Partiendo de la definición de ambos términos, si  nos apegamos tácitamente a sus significados, entendemos que aquello que se conoce como Relativo es algo real pero cambiante, en algún momento, por una cosa u otra variará. Mientras que lo Absoluto, básicamente es aquello que se mantiene en el tiempo sin sombra de variación. 

Como todos los días mirando el reloj con ansiedad parecía que los últimos minutos eran eternos. La intensidad del sol en la ventana anunciaba que ya era la hora, aunque las agujas del viejo reloj caminaran tan despacio.

Estaban listos para que al sonar la campana pudieran emprender la partida sin impedimentos . El recreo prometía veinticinco minutos de diversión al máximo. Pero Diego no alcanzó a cruzar la puerta del salón estando de pie. Sin darse cuenta sus cordones se soltaron y después de algunos pasos cayó al piso aparatosamente.

Actualmente vivimos en una sociedad que nos humilla o nos enaltece según nuestra condición económica, física o intelectual. Y vivimos buscando la aprobación y el reconocimiento del mundo entero, todos queremos ser considerados por lo que hacemos o por lo que hemos alcanzado.

Por lo que se han mal entendido ciertos términos que semánticamente en nuestro idioma denotan inferioridad o superioridad. Sin embargo delante de Dios el significado de las palabras va mucho mas allá de un diccionario, haciendo hincapié en la verdadera condición de un corazón.

Para aquellos que hoy se saben rodeados por el enemigo, sobreviviendo a situaciones adversas. Para esos que claman la intervención del Espíritu Santo de Dios ahora. Crean que Uno mayor a su enemigo viene en su defensa, el León de la Tribu de Judá viene para defenderte. 

No importa lo que estés viviendo, o lo que te predigan que vas a sufrir a causa de esto. La Palabra de Dios afirma que para esto apareció Jesucristo para deshacer las obras del diablo. 1 Juan 3:8

Declara en tu vida que las obras del enemigo son deshechas por completo, y que se cambian tus escenarios y tu futuro por la palabra del Señor. No olvides que el que prometió ha de cumplirlo (Números 23:19), y que el que está en nosotros es mayor que el que está en el mundo (1 Juan 4:4).