En honor a los amigos , Un poco de mi

Por el poder del carey

jueves, noviembre 28, 2013

Apenas habíamos aprendido a sujetarnos los zapatos, cuando alguien nos regaló unas preciosas pulseras de carey, recuerdo que se ajustaban al tamaño de nuestras muñecas. Era algo que nos hacía sentir muy relacionadas, era una representación tangible de nuestra hermandad. 

Ante situaciones difíciles, nos animábamos la una a la otra, infundiéndonos valor con la frase: ¡Por el poder del carey! Y salíamos corriendo por los pasillos oscuros, o levantábamos una pesada carga, o hacíamos cualquier cosa que demandara la fuerza de las dos para lograr el objetivo. Hoy ambas sabemos que no había ningún poder en el carey, el poder estaba en el amor que movía nuestros corazones, por hacer las cosas juntas, venciendo a nuestros gigantes con la misma piedrecita.

Mi compañera de peleas y reconciliaciones infantiles, pidiéndonos perdón todas las noches para tener la seguridad de que si Dios nos mandaba a buscar esa noche, no íbamos a tener la deuda de no habernos perdonado. La voz que decía junto conmigo el Salmo 4.8 dos veces todas las noches, una por costumbre y otra por necesidad.

Ay mi hermana querida, cuantas cosas podría contar,sin embargo por ahora me concentro en agradecer a Dios la vida, por regalarme a mi hermanita y por la bendición de tenerte cerquita de mi corazón siempre.

Dios te bendiga más y te sorprenda con mucho más de lo que tu corazón espera, te amo Gaby!   


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