Tendida en su cama de hospital, ausente del mundo alrededor, inconsciente de lo que se celebra, también esperaba un regalo en su día. No le habíamos visto jamás, hasta que su papá topándose con nosotros en uno de los pasillos, sin conocernos pero identificándonos como parte de alguna iglesia o enviados por el mismo cielo para traer bendición, nos interceptó cómo diciéndonos:
-¡Al fin llegaron, qué bueno que están aquí!
Mi hija está en la sala de arriba - dijo mientras nos guiaba al lugar - los médicos dicen que es leucemia, tiene cuatro años. - Sus ojos mojados dijeron el resto, después de una corta pausa concluyó - ... sólo necesita una oración.