Cuéntamelo otra vez , En honor a los amigos , Un poco de El , Un poco de mi

Yo soy una de ellas

lunes, septiembre 18, 2017

Ahí vamos, una detrás de la otra mientras recorremos el camino que nos llevará al hogar al final de la jornada.

Hoy estuve allí, entre ellas, entre unas pocas de tantas. Algunas esparcidas en el pasto verde, otras prefirieron la hierba seca. La resolana nos picaba a todas por igual, las mas osadas chapotearon hasta cansarse, la quietud de otras quedó tendida en la pradera.  

Había suficiente para que todos comieran y bebieran, pasto freso y agua clara nunca faltan aquí. Las nubes se movían como las ondas del lago, sin prisa pero decididas a continuar hasta desvanecerse por completo. 

Llegado el momento fuimos convocadas como el Maestro convoca a sus alumnos, como los hijos son llamados por el Padre: Pancho, Beto, Cloe, Nena, Concha, Nieves, Teo, Penny, Manchas, Beca, Tobby, Pecas,..., Pelos, Chacho, Roque, Luna, ... . cada oveja con su pareja y los que viajan solos completan la cuenta. Todos listados en el mismo llamado, entre el escándalo de tantos "meeee" repartidos por doquier, cada una escuchó su nombre en la convocatoria. Y allí estaban todas, las 99 de este redil. No porque haya una perdida, sólo que "esa" se cuenta como "adelantada".

Pero he llegado hasta aquí porque quiero contarles que lo mas hermoso de  la tarde, aún mas que el paisaje, fue Esa voz. Esa que nos llama a cada una en su momento, que con acento de poder nos rodea de su amor. Esa que se cuela en la suave brisa y en el fuerte viento. Esa que diciendo un nombre dice tantos a la vez. Esa que llamando a una convoca a multitudes. Esa voz que mi corazón conoce. Esa que me cubre en las noches de frío, y me tapa en los días de lluvia, Esa que me alcanza aún en la distancia y me hace volver. 

<<Cuando ya ha sacado a todas las que son suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. (Juan 10:4)>>

Aprendí,

Que así como hay perros pastores (que ayudan al Pastor en la labor) así también hay ovejas pastores, que siempre seguirán siendo ovejas solo que esas se mantienen apegadas al Pastor. Que reposan donde Él reposa, que donde Él se levanta ellas también se levantan. Que en cuanto Él avanza ellas no quedan postradas. Que les aterra estar distantes de su vara, y que traen la marca en el cuello del cayado que justo a tiempo les haló .  

Que son ovejas amorosas porque fueron apacentadas en ese amor. Son ovejas confiables para el Pastor, a ellas son las que Él envía cuando otra intenta escurrirse detrás de la cerca. Y es como si el Pastor dice tu nombre, luego señala con su dedo cuál es la oveja que se convierte en tu misión, te dice: "tráela de vuelta, y dile que la llamo Yo"... y allí vas, luchando con tus limitaciones y torpezas decidida a cumplirle al Buen Pastor, esperando poder traer a esa ovejita atrevida, sacarla de los abrojos y entre abrazos y empujones ponerla delante del Señor, acercarla a Él lo suficiente, de modo que pueda, por si sola, volver a oír Su voz.    

Estoy entre pastores que siempre serán ovejas. Estoy delante de Aquél que nos llamó. Que diciendo mi nombre me sacó de las tinieblas a Su luz.

Yo conozco esa voz y le sigo. 

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