El Señor es mi pastor, nada me faltará
Escasez, palabra que visita la boca de los venezolanos a diario. Custodiando los mercados y comercios, nos abofetea de frente haciéndonos saber que se crece en medio nuestro. Aún así, el Señor es el Pastor, Él es el que provee... esta mañana me decía: -Aun en sequedad, aun en el desierto, verás los renuevos alrededor de ti. ¡No temas, yo te cuido!
en lugares de delicados pastos me hará descansar, junto a aguas de reposo me pastoreará.
El descanso ha sido postergado por la expectativa. Esperando saber la noticia al instante para estar prevenidos, quién puede descansar así. Más el Dios nuestro nos promete lugares delicados, donde podemos confiadamente descansar. Pero no se refiere a habitaciones confortables o a búnkeres de seguridad, se refiere a ese lugar que no tiene paredes ni techo, donde mi voz llega a sus oídos, ese lugar especial donde mi corazón toca Su corazón. Ese lugar es Su presencia.
Confortará mi alma,
La agónica incertidumbre hace estragos en el corazón de los hombres, grandes y pequeños, ricos y pobres, se debilitan en el presente a causa de su futuro. Más que una taza de café, más que un vaso de leche, precisamos de algo que nos sustente en el espíritu, algo que transcienda llenándonos más que el vientre. Sólo el Buen Pastor puede hacer ese trabajo, sólo a través de Su Santo Espíritu podemos permanecer confortados en medio de la dificultad.
me guiará por sendas de justicia, por amor de Su nombre.
La gente se asoma a las calles mirando a un lado y al otro, como buscando qué atajo tomar. Qué camino será el mejor para viajar esta mañana, donde no les alcancen el humo y el conflicto. Otros en cambio, procuran la senda donde la llama aún arde para permanecer en pie de lucha, aunque todavía más de la mitad del país duerme. Pero el Buen Pastor guiará a Su pueblo por sendas de justicia, sendas seguras por amor de Su nombre.
Aunque ande en valles de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo.
Los valles de sombra de muerte se han ensanchado en mi país. Sin importar el color de la bandera que ondea el brazo que es cortado. Los males son muchos, las causas de temor se acrecientan cada vez, pero el Pastor sigue aquí, cerca de su rebaño, dirigiendo en medio del peligro a su redil. No temas dice el Señor, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia .Isaías 41:10
Tu vara y tu callado me infundirán aliento,
aderezas mesas delante de mi en presencia de mis angustiadores.
El desaliento se asoma en los ojos de los hombres, las mujeres vuelven a los quehaceres con mas peso cada vez. Pero las herramientas del Pastor nos sostienen, Su poder y Su autoridad nos infunden aliento. Delante de nosotros se sientan nuestros enemigos: violencia, escasez, división, pero delante de ellos el Señor sigue proveyendo, sigue trayendo bendición. La mesa está tendida, ya puedo escuchar el chasquido de los platos que se acomodan para agasajar a Sus hijos, dentro de poco estará servida y habrá un lugar para cada uno de aquellos que en Él esperan.
Unges mi cabeza con aceite, mi copa está rebosando.
El aceite bíblicamente es figura de alivio y atención de parte de Dios. El aceite es usado por el pastor para curar las heridas. Y mirando a Venezuela sé que ha sido herida desde la cabeza, así como todos los venezolanos, hemos sido inflamados por pensamientos de inseguridad y de tragedia, ante la impotencia hemos dado riendas sueltas a pensar y pensar en la situación que nos estrecha, pero el aceite de Dios es sobre nosotros. Él unge nuestra mente y nuestros pensamientos con el aceite del cielo, con la preciosa fragancia de Su presencia. Hasta que el corazón rebose de confianza en medio de la dificultad, mirando la luz del día a mitad de la noche.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida y en la casa del Señor moraré para siempre.
¿Hasta cuándo será ésto? ¿Cuándo se apagará la llama que arde y que quema el corazón de los venezolanos? Muchos hablan de perpetuarse en un poder que por más que se esfuercen tendrá su final, otros temen no poder resistir mientras esperan el desenlace. Yo no sé, lo que si sé es que el tiempo es de Dios, y conozco de Su amor y Su misericordia. Sé que con Sus plumas nos cubrirá y que debajo de Sus alas estaremos seguros. Yo me quedo en tu casa Señor, allí nos quedamos, mi familia y yo.
Venezuela aún en tiempos difíciles, espera en el Dios de tu salvación. Él te coronará de favores y misericordias. Él estará contigo, aun en el valle de sombras, Él es el Buen Pastor y nosotros somos Sus ovejas.