"Entonces no tendré vergüenza cuando compare mi vida con tus mandatos." Salmo 119:6
Todos alguna vez escondimos un examen de colegio con una nota bajo cero. Como queriendo borrarla de nuestro historial, para que nadie se enterara del fallo. Pero finalmente, ante pocos o ante muchos, tuvimos que mostrarla, encogiéndonos de hombros y agachando la cabeza.
Me parece que en eso consiste la vida misma, en un cúmulo de ítems en los cuales somos examinados, a veces de manera superficial, y otras tantas a profundidad. Y somos calificados cuando se comparan nuestras respuestas con la Palabra del Señor, no en la oscuridad, sino a la luz de lo que El ha dicho.