Para Ti , Un poco de mi

En construcción

lunes, julio 06, 2015

La casa sigue llena de juguetes, los piso sin querer de vez en cuando. A mi hijo no le gusta jugar solo, con frecuencia nos invita a sentarnos en el piso y jugar con él. Uno de sus juegos preferidos es construir torres con legos. Vivimos en una casa de puntal alto y se frustra cada vez que se da cuenta que todas sus piezas de lego no le alcanzan para llegar al techo. Tras cada intento de construcción surge un berrinche nuevo porque la torre quedó pequeña, tal parece que para su entendimiento, el éxito al construir una torre es lograr que llegue al techo.

Pero Misael tiene solo dos años y medio, y hoy mientras jugábamos con sus bloques, antes de que llegáramos al desenlace de siempre, me dijo algo que estoy segura no le alcanza la edad para razonar coherentemente lo que dijo. Entretenido mientras conseguía un bloque que encajara en ese nuevo nivel de nuestra torre, me preguntó con tono de confianza: ¿Mamá tu me constuyes?, al instante no entendí y con la misma entonación volvió a decir: ¿Mamá tu me constuyes? De inmediato saltó la lógica de mi adultez y mi razonamiento automático, quise hablarle de espermas y óvulos pero paré justo antes de decir lo que pensaba. 

Y allí me quedé los próximos minutos, pensando en la declaración de Misael: Mamá tú me constuyes. Fue como si cada bloque esparcido en el piso eran los eventos que tenemos que pasar él y yo mientras completamos nuestro trabajo en su vida. Como si a su corta edad me dijera: no te canses mamá, busca hasta que encuentres el bloque preciso en el nivel apropiado. Inténtalo de nuevo mamá, cuando no me veas tan derecho, cuando notes que comienzo a caer de a poco, cuando percibas que hay cosas que no encajan en el diseño de Dios para mi. No pares mamá, hasta que logre llegar al techo. 

Sabrás que un escalofrío discreto se hizo cómplice de mi silencio, mis ojos no lograban convencerme de que solo estábamos Misael y yo, era como si su espíritu hubiera hablado con el mío. "Tú me constuyes"... busqué en mi memoria algún pasaje bíblico del que pudiera sostenerme mientras digería su corta pero tan pesada afirmación. Me sentí escasa,  reconozco en el secreto de este párrafo que me encontré quizás insuficiente. Y es aquí cuando otra vez tengo que dar gracias a Dios por Sus promesas, porque son tan oportunas y eficaces, que me sostienen cuando estoy delante de todos y de igual modo me sustentan cuando solo juego con mi pequeño Misael. 



Estableceré mi pacto contigo y con tus hijos, como pacto perpetuo, por todas las generaciones. Yo seré tu Dios, y el Dios de ellos. Génesis 17:7


Gracias Señor, porque más allá de mis esfuerzos tengo la garantía de tu asistencia. Ayúdanos a llegar tan alto como hayas planeado. 

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